lunes, 16 de junio de 2014

ANDRÉS, EL NIÑO QUE QUERÍA SER PESCADOR.

Andrés es un niño de doce años, menudo, delgado, moreno, de ojos marrones y pelo negro alborotado. Es un niño muy alegre y simpático. De mayor quiere ser pescador como su padre, para poder ir, y acompañarle a la mar.
Andrés vive en un barrio de Castro Urdiales, llamado el Barrio de los Marineros, porque antiguamente vivían allí todos los marineros con sus familias. Es un barrio pequeño, acogedor, de calles estrechas y suelo empedrado. Las casas rodean el parque donde juegan los niños.
Andrés es un niño muy bueno, siempre ayuda a su madre cuando su padre se va de pesca y en el colegio siempre saca muy buenas notas. Le gusta mucho jugar al fútbol con sus amigos del barrio y del colegio pero, lo que más le gusta es ir todas las tardes que puede al muelle, después de hacer los deberes y de estudiar. 
Allí, se encuentra con un viejo pescador que siempre le contaba una historia de cuando él iba a la mar. El pescador es un hombre alto y robusto, de cara ancha, arrugada y tez curtida. El cabello que le queda es blanco como la nieve y liso; la cabeza la lleva cubierta con una boina. Su vestimenta habitual es la ropa marinera. Su carácter es agradable e inteligente.
Andrés quiere ser pescador, pero sus padres le dicen que lo que tiene que hacer es estudiar mucho para así poder encontrar un trabajo que no sea tan duro como el de la pesca; ya que es un trabajo muy peligroso que no tiene horario, ni días libres, es duro y a veces no te permite ver a la familia porque casi siempre estás navegando. Además es un trabajo mal pagado.
El niño quiere que un día su padre le lleve a pescar con él, pero su padre siempre encuentra alguna excusa para no llevarle, porque en realidad lo que le pasa al padre de Andrés es que tiene miedo de que pueda pasar algo.
Pero un día, después de que el niño insistiera tanto y como no tenía colegio, su padre decidió llevarle a pescar. Andrés se puso tan contento que aquella noche no pudo pegar ojo.
Cuando su padre le llamó a las cuatro de la madrugada para que se levantara, Andrés ya estaba levantado, vestido y esperando a desayunar con su padre para luego poder ir los dos a pescar. Cuando acabaron de desayunar, cogieron el material de pesca que habían preparado la noche anterior: cañas, anzuelos, cebo, cubos… 
Se dirigieron al puerto donde estaba amarrada la barca del padre. Era una vieja barca de madera, que su padre había pintado de rojo y con un pequeño motor. 
Ese día tuvieron mucha suerte y hubo mucha pesca en la bahía de Castro. Pescaron género de todo tipo: chicharros, lubinas, doradas, cabras, salmonetes, jibiones... Tuvieron mucho trabajo para poder capturar todo aquel pescado; cuanto más pescado llevarían a la lonja, más podrían llevar a casa.
Andrés estaba muy contento, porque pensaba que con todo el pescado que habían recogido y todo el trabajo que les había costado, conseguirían un montón de dinero con el que podría comprarse esa bicicleta con la que siempre había soñado y, también podrían comprarle un regalo a su madre que tanto trabajaba para que a ellos no les faltase nada.
Pero, cuando llegaron a la lonja y su padre vendió todo el pescado que traían, vio el poco dinero que le habían pagado y entonces le preguntó:
- Papá, ¿por qué te han dado tan poco dinero, si hemos traído mucho pescado y casi no cabía en la barca? – preguntó decepcionado Andrés.
- Hijo, el trabajo de pescador es muy duro y sacrificado, y el hecho de que captures mucho pescado no significa que te paguen mucho dinero. También depende de toda la mercancía que traigan los demás pescadores, ya que cuanto más pescado haya para vender menos te pagan. – le explicó su padre. 
Andrés se quedó triste y pensativo.
- Por eso, hijo, siempre te decimos tu madre y yo que tienes que estudiar mucho para poder llevar una vida más fácil que la nuestra. Pero, no te preocupes, porque con tu trabajo y tu ayuda, tú también te has ganado tu parte y con ella vas a poder llegar a comprarte esa bicicleta que tanto deseas. – afirmó su padre.
Andrés se puso muy contento y se dio cuenta de que las cosas no son tan fáciles como parecen y, que para conseguir las cosas hay que esforzarse mucho. Por eso, ha decidido estudiar más para tener un buen trabajo y así poder ayudar a sus padres.

6ºB.

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