lunes, 1 de febrero de 2016

CUENTOS GANADORES DE ADICAS

ADICAS es una Asociación de Castro Urdiales sobre personas con discapacidad y en su concurso de cuentos "Cuentos Capaces" quedaron ganadores dos alumnos de nuestro centro, Arturo que consiguió el 2º y Andrea con el 3er. premio. Estos son sus cuentos y ¡enhorabuena!. Aunque también desde la Redacción de la Ballena Digital queremos dar las gracias a todos los niños y niñas que participaron de este concurso, aportando sus maravillosas ideas y sugerencias en torno a la discapacidad. ¡Os animamos a que sigais participando!

                                                       
 UNAS VACACIONES DIFERENTES

Érase una vez la historia de un niño sordomudo que se llamaba Gonzalo.
Los veranos para el eran tristes u aburridos ya  que se pasaba todo el día metido en casa pero este verano fue  diferente.
Un día jugando en su patio, vio pasar a una cuadrilla de chicos y le preguntaron: ¿Quieres ser nuestro amigo? Él entendió la pregunta porque les leyó los labios, cuando Gonzalo les contesto con las manos los niños se dieron cuenta que era sordomudo.

Los niños nunca habían tenido un amigo así. Tuvieron que estudiar un poco ese idioma nuevo para ellos. Por las tardes se pasaban largas horas hablando ese idioma extraño y divertido para ellos.
Gonzalo se hizo gran amigo de ellos, por las mañanas se iba a la playa o a andar en bicicleta, por las noches también mantenían largas conversaciones.
Cuando llego el final del verano todos los niños se dieron sus direcciones y se intercambiaron sus números de teléfono.
Desde entonces Gonzalo tiene grandes amigos y los amigos aprendieron un idioma nuevo para ellos. Así todos los veranos.

Arturo O. (5º)

MI HISTORIA

Hola soy Lola, una perra lazarillo. Tengo un año, soy de color blanco, mis ojos son marrones y soy de la raza labrador.
Mis dueños me llevaron a un centro especializado de Madrid  porque vieron que tenía un gran potencial para ayudar a la gente por lo cariñosa y dócil que era.
Mi experiencia en el centro fue al principio  un poco dura, pues el no estar con mis amos me ponía triste. Pero  a medida que pasaron los días, me ponía más contenta  pues mis cuidadores y profesores me mimaban y fui aprendiendo, cada día una cosa; seguía echando de menos a mis amos.
En el centro me enseñaron a escuchar, a ayudar a las personas ciegas y jugar con los niños autistas.
He pasado por muchos centros para tener una formación muy buena y el cariño que me han dado todas las personas mayores como los niños, ha sido muy bonito.
Un día  estuve con un niño autista llamado Javier, al cual le ayude a comunicarse de una forma que pudiera entender; como juegos y paseos…
Javier en un poco más feliz y a mí me lo ha demostrado acariciándome  y jugando.
Otro día como parte del entrenamiento, fui a una residencia de personas mayores, en el que estas personas me enseñaron cómo  es conocer a gente con mucho cariño para dar. Y luego después de  casi 8 meses más de dar cariño a todo tipo de personas, conocí a la que iba a ser la más importante de mi vida, porque conocí a María, una niña de  nueve años, un poco bajita para su edad pero con un corazón tan grande que nadie pudiera imaginar que ella es una persona invidente.
El primer que me llevó a casa, fue maravilloso porque me compró muchas cosas  para jugar. Después de una semana ayudándola por la ciudad, encontré cuales eran los mejores sitios para  pasear y no me sorprendió  que la gente nos ayudaran tanto.
Esta es mi pequeña historia peo aún sin terminar.

Andrea LL. (4º)

No hay comentarios:

Publicar un comentario