Laura era una chica que trabajaba en la A.P.A,
que era una asociación protectora de animales. Un día, como veía que tenía
libre, se tumbó de golpe en la cama y puso la música a todo volumen. Después de
varios minutos, su móvil sonó. Era Judith, la secretaria de la A.P.A. :
-Hola
Laura, necesito que reunas a los sherpas, a todos, y vengas a la secretaría.
Hay trabajo.
-Vale
ahora mismo voy Judith - dijo Laura.
Esta,
salió rápidamente de su habitación y reunió a todos los sherpas: Benjamín,
Démeter, Gerónimo, Marcos, Artemisa y Javi.
***
-Ya estamos aquí, Judith -dijo Javi muy fatigado.
- Ok chicos, he recibido un
mensaje del jefe y me ha dicho que sus agentes han localizado a un perro. Nueve
meses y raza desconocida, necesito que subáis el monte Korkitxa, en Vizcaya.
-Pero…- se preocupó
Artemisa - nosotros estamos en Barcelona, y encima el aeropuerto está cerrado.
-No te preocupes,-dijo
Judith- le diré a Pablo, el piloto de la agencia, que os lleve hasta Madrid en
BUS y que allí os dirija un vuelo hasta el aeropuerto de la Paloma.
Todos saltaron de golpe dando un
respingo. La idea de que el aeropuerto estuviese cerrado era impensable.
Judith, al ver que todos
empezaban a murmurar, dijo severamente:
-Pero… ¿a qué estáis
esperando, holgazanes? Tenéis tres minutos para ir a vuestros cuartelillos y
coger todo lo que creáis necesario para esta expedición de 2.105 m.
Laura, se cargó una mini
mochila al hombro, y en ella metió: calzado de repuesto, tres barritas
energéticas, una cantimplora con agua y unas gafas de sol. Rápidamente, se
vistió un pantalón corto de deporte estilo ciclista, una camiseta de manga
corta, unos calcetines cortitos y sus amadas zapatillas de monte ADIDAS.
***
Ya montados en el BUS,
fueron hablando de que tal creían que les iba a ir a la expedición. Todos dijeron
que les iba a salir muy bien y que rescatarían a ese animalillo. En cambio,
Démeter, iba todo el rato mirando por la ventana. Estaba claro que algo le
inquietaba. Javi se acercó a ella y le dijo:
-¿Qué te pasa Dem?
- Nada…-respondió ella algo
tristona- es que nunca he subido un monte. No creo que pueda subir tanta altura
como la del pico Korkitxa.
-No pasa nada, ya verás
como todo sale “de bigotes”. Tú solo
piensa en que te va a salir bien y lo subirás-la tranquilizó Javi- además eres
la más joven de la agencia. Estas en plena forma.
Démeter, se encogió de
hombros y apoyó la cabeza en la ventana. Madrid ya se divisaba desde lo lejos.
***
-Bienvenidos al aeropuerto
de Barajas -dijo un hombre alto y fuerte con un uniforme naranja estilo “cono
de tráfico”.
-Hola, venimos a buscar a
Pablo, el piloto de la A.P.A.
¿Le conoce? -dijo Artemisa.
-Sí. Ahora mismo le llamo-
Dijo el “cono humano”.
***
Todos estaban súper
nerviosos en el avión. Javi, botaba en su asiento; Artemisa, corría de un lado
a otro; Laura, bebía cada dos por tres agua; Démeter no paraba de hablar;
Marcos hacía estiramientos de gimnasia; Benjamín, estaba ausente con su DS y
Gerónimo no paraba quieto ni para dormirse un poco. En resumen, fue una jornada
larguiiiiiiiisima.
Cuando llegaron al
aeropuerto, todos pararon de hacer sus respectivas actividades.
Pablo, que les acompañó
hasta la puerta del aeropuerto, les confió un guía.
-Bien chicos, este es John.
Os acompañará durante esta expedición. Buena suerte.
***
Durante el trayecto en
furgoneta, Javi se quedó dormido y Démeter seguía preocupada, hasta que le
venció el cansancio y se durmió.
Pero su sueño duró muy
poco, ya que John pegó un frenazo y Démeter se calló de culo encima de la pila
de mochilas.
-Podrías tener más cuidado,
cacho burro -replicó Démeter, que odiaba que la despertaran así.
-Lo siento -apaciguó John -
pero ya hemos llegado.
Delante de los
excursionistas había un monte con escasa vegetación y abundante niebla.
***
-No sabía que fuese tan
empinado -dijo Benjamín con la lengua fuera.
-Tranquilos que pasa
rápido - anunció John
Mientras subían, Démeter
iba atrás del grupo y de pronto, ante ellos, había una gran roca.
-En este tramo deberéis
sacar los arneses. Hay que escalar -advirtió John.
Se pusieron su equipo de
escalada y empezaron a trepar, pero Démeter tropezó y se quedó suspendida en el
aire. Marcos la agarró de la mano pero esta no subía. Estaba paralizada. Por un
momento la faltaba el aire y después, una lágrima se le escapó. Sentía mucho
miedo así que dijo:
-No…no…
-¿Qué pasa Dem? -preguntó
Marcos, que no la soltaba de la mano.
-No quiero subir. Estoy sin
aire, me cuesta mucho y tengo miedo.
Marcos, que siempre tenía
un plan en mente, anudó el arnés de Démeter al suyo y a medida que el trepaba,
Démeter subía suspendida en el aire. Ella no abría los ojos y sentía mucho
miedo, pero de repente los abrió y descubrió la brillante idea de su compañero.
Se sentía más segura, así que se agarró a una roca y por si sola trepó.
***
El largo pasaje trepando se
acabó y Démeter se volvió a sentir bien.
Siguieron andando por un sendero interminable de flores y plantaciones. John
les dijo que ya estaban llegando, entonces Artemisa, que adoraba el monte,
dijo:
-Jooo, porque se hará tan
corto -refunfuñó.
Pero sus quejidos fueron
interrumpidos por un llanto… ¡DE PERRO!
-El sonido viene de detrás
de ese peñasco, vamos -gritó el guía.
Todos le siguieron, y allí
hallaron a un pequeño perrito gris. No tenía collar, así que era ese el perrito desaparecido. Laura hizo una
rápida llamada telefónica a Judith y bajaron al BUS.
-Chicos, acabo de recibir una
llamada de Pablo. Nos ha dicho que tendremos que ir hasta Barcelona en BUS.
Pero tranquilos, que mi autobús tiene asiento-cama.
***
El animalillo, fue todo el
rato con Démeter en el BUS. Al parecer le había cogido mucho cariño a esa
chica. Después de entrar al automóvil, Démeter abrió la cama y se echó. El
perrito, se acurrucó en la axila de la chica y se durmió.
***
Cuando llegaron, Judith les
recibió con su típica sonrisa:
-¿Qué tal os ha ido? ¿Qué
tal la pequeña Dem? ¿Y el animalillo?
De pronto apareció Démeter
con el perrito en brazos. Judith, lo cogió y dijo:
-Muy bien chicos, iré a ver
a ver a Sally, la veterinaria de la agencia. A ver qué puede hacer.
***
Cuando finalizaron la cura
del animal, Sally dijo:
- -En su microchip pone que se llama Sopli. Todavía no
sé donde vive, por lo que nos lo quedaremos nosotros.
Judith torció el labio y dijo:
- Esperad, Marcos me ha dicho que una persona que
está aquí presente, ha vencido sus miedos para salvar la vida de Sopli. Así
que, Démeter, es para ti.
Démeter
cogió en brazos al bichillo y se lo agradeció.
Desde este
día, Démeter no vivió sola ni nada parecido.
Además, Sopli
cada mañana le iba a despertar a su cama y le daba un lametón tremendamente
cariñoso.
M. L. (5º A)
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