Esta vez hemos optado por la elaboración de un árbol, un árbol llenito de respeto, hacia nosotros mismos y hacia nuestros compañeros.
Cuando uno valora y acepta al otro tal y como es, cuando es capaz de aceptar sus defectos y virtudes y lo trata como un igual, entonces llegamos a RESPETAR.
Es complicado que, en edades tan tempranas se de esta circunstancia, por eso nosotras lo trabajamos arduamente en nuestras aulas de nivel y ciclo.
El resultado nos ha encantado y nos ha llenado de ilusión al recibir tanto cariño.
Todos tenemos personas a nuestro alrededor a las que queremos más o menos. Todos tenemos personas que nos aportan mucho, o menos. Todos tenemos personas de las que nos encantan esas cosas que tienen especiales. Todos tenemos personas de las que nos podemos cansar, a veces. Todos tenemos personas con las que tenemos cosas en común o diferencias.
Las personas que hoy nos gustan pueden llegar a cansarnos y a disgustarnos. Hoy me puede apetecer estar contigo, pero luego no.
Todo es cuestión de aprender a respetar aquello que más me gusta de ti y lo que no me gusta.
La diferencia nos hace únicos y especiales.
Pero el respeto a esas diferencias nos hace crecer como personas y ser un poco mejores cada día.
Ellos lo han hecho muy bien, dejémosles que lo sigan haciendo.
Me parece una idea preciosa. Estoy segura que esa semilla de respeto, tolerancia y aceptación hacia los demás germinar en las futuras generaciones. GRACIAS.
ResponderEliminarMe apunto la idea para ponerla en práctica con mis alumn@s.