Había una vez un niño que iba en silla de ruedas, se llamaba Mario. A pesar de eso, todo el mundo le quería. Cuando jubada al escondite, él siempre ganaba al pilla-pilla. Era imposible que le pillaran.
Pero un día, pensó en ser como los demás niños. Al día siguiente, les dijo:
-¿Podéis ayudarme a hacer mi sueño realidad?
- Claro, ¿Cuál es?
Y Mario respondió:
- Poder andar.
Los demás niños le contestaron:
-Pero si te enseñamos a andar, te irías chocando con todo. Y Mario dijo:
-Pero yo quiero sentir el suelo.
Entonces sus amigos se lo pensaron... y le dijeron:
-¡Vale, vamos a intentarlo una vez y si no dos!Y sino volverás a tu silla. No lo consiguió.
Al pasar 5 días, estuvo practicando todo el día. Cuando volvió al cole, iba sin silla, era impresionante. Estaba todo contento. Les dijo:
- ¿Jugamos al pilla pilla?
- Vale-le contestaron.
Entonces se cayó. Menos mal que tenían una silla de repuesto. Mario dijo:
- Yo quiero estar sin silla.
Al final del día, salió el arco iris y soltó unos polvitos mágicos que hicieron que se pudiera levantar.
M. D. (2º)
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