Cuando Findus era pequño y desapareció
Sven Nordqvist
Ed. Flamboyant
En este libro asistimos a la presentación del gato que debe su nombre a que apareció en la vida del viejo Pettson dentro de una caja de guisantes marca Findus. El pequeño cachorro era un regalo con el que la señora Andersson, vecina de Pettson, trataba de aliviar su soledad. A partir de ese momento, compartirán una nueva existencia en la granja. Y vivirán sucesos como el día en que Findus desapareció durante unas horas en el curso de una de sus exploraciones por la destartalada casa.
El autor dota a sus historias de un gran dinamismo, con diálogos ágiles y muy divertidos. Los acontecimientos que relata son rutinarios, propios de la vida en una granja, pero transfigurados por un potente sentido del humor que se hace visible sobre todo en las ilustraciones: los protagonistas tienen un aspecto entrañable, de amable comicidad y los abigarrados escenarios están plagados de elementos disparatados (gallinas que leen el periódico, un reloj de arena despertador, cachivaches inverosímiles por todas partes,,,). Unos “bichitos” omnipresentes aportan el elemento fantástico. Todo ello invita a una lectura detenida de las imágenes a la búsqueda de los mil y un detalles humorísticos presentes en las páginas del libro.
Calidez, ternura, ingenio y originalidad son algunos rasgos distintivos de este libro y los demás de la serie que explican su aceptación por parte de los jóvenes lectores de tantos países. (DGV)
Álex Alonso
Ed. Loqueleo
Los protagonistas son una familia- dos padres, tres hijos y una abuela- que tiene que cambiar de identidad frecuentemente al estar perseguidos por una organización malvada atiende al nombre de Mandíbula. En esta segunda entrega de sus aventuras tienen que pasar desapercibidos en una gran ciudad, algo que no logran por las costumbres de la abuela Ginebra, defensora y heroína de todo un barrio a punto de ser devorado por las excavadoras.
Cada uno de los protagonistas vive pequeñas historias ciudadanas y colegiales hasta el momento en que son descubiertos y tienen que huir, adoptando una nueva identidad ya anunciada: el libro tercero lleno de fantasmas. Unos textos llenos de acción se juntan con unos dinámicos diálogos que defienden a los personajes. Las ilustraciones parecen presididas por los ojos de adultos y niños, expresivos y avisadores de estados de ánimo, dentro de una estética cercana al cómic.
Ana Campoy (Madrid, 1979) vuelve a ofrecer entretenimiento en una segunda entrega que se puede leer sin conocer la primera; una doble página iniciar de ficha informativa. Curiosidad para los no avisados: un pequeño flipbook, dibujos que generan movimiento pasando las páginas, se pueden activar en una de las esquinas del libro. (JFR)
Yo voy conmigo
Raquel Díaz Ezquerra
Ed. Iberlibro
A una niña le gusta un niño, pero el niño no se fija en ella, no la mira. ¿Qué hacer? Sus amigos le aconsejan de todo: que se quite las coletas, las gafas, la sonrisa, las pecas, las alas, que no sea tan parlanchina. El niño por fin se ha fijado en ella, pero, con tanto quitar, hasta se han ido los pájaros de su cabeza. Y la niña se da cuenta de que ya no es ella y decide recuperar sus coletas, sus gafas, su sonrisa, sus pecas, sus alas, sus palabras...
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